En las clases de lengua recordamos a los alumnos qué debemos trabajar: la expresión escrita,oral,comprensión oral y escrita,literatura,ortografía…con esto se entiende que deben escuchar, hablar,conversar,escribir,leer y comprender.
Quisiera hablar sobre una de las habilidades comunicativas la escucha,tan necesaria para conversar en nuestras aulas, sin embargo,tan poco valorada;quién no recuerda las numerosas ocasiones en las que nos vemos obligados a mandar «callar» a los alumnos,mientras les invitamos a participar en las actividades y nos lamentamos de que no hablan bien o suficiente.
Por eso,convendría mostrar antes a los alumnos qué esperamos de ellos cuando hacen una exposición oral.Explicarles bien, que las actividades que realizan están enfocadas a poder hablar mejor,a establecer un intercambio comunicativo,en donde puedan expresar las experiencias comunicativas,a controlar la impulsividad,los turnos de palabra e incluso,porque no,recordar las fórmulas de cortesía.
Claro que, para conseguir todo esto,es necesaria una escucha atenta.Habilidad tan poco valorada,tal vez,porque la necesidad de expresarse en el aula es innato y algo que tanto los profesores de lengua o de otras áreas no deberíamos desaprovechar.Sería conveniente establecer tareas pautadas para ello,donde la expresión oral se trabaje estableciendo unos objetivos,dentro de un proceso que requiera un orden;es aquí donde interviene el turno de palabra y la escucha,algo tan escaso en ocasiones dentro de las aulas. Es decir,encontrar un espacio para conversar ,y así comprender textos,o temas de interés.
Dejemos un espacio donde los alumnos se puedan expresar,algo inevitable en el aula, pero enseñémosles a hacerlo dentro de un marco establecido,además en el currículum. Aprovechemos las tan conocidas competencias básicas,para darnos cuenta que en las clases,independientemente de los roles de alumnos disruptivos,hay una necesidad de hablar y expresarse en el día a día.No acaparemos nosotros ese espacio de conversación hablándoles de gramática,literatura o normas y abrumemos a nuestros alumnos con toda la parte de escucha sobre contenidos.
La mayoría de actividades tienen una subcompetencia que muchas veces dejamos de lado,y que sin embargo puede ayudar a comprender el tema en cuestión y mejorar la comprensión y expresión oral.Partir de una rúbrica,sencilla como esta o tantas otras que hay por la red y que se acerque al objetivo que queremos conseguir les ayudaría a entenderlo,trabajar por proyectos,alternar la escucha y la conversación.
En definitiva,darle al espacio de escucha y conversación el lugar que se merece es ponerlo,desde el aula en el mismo nivel que otros contenidos del currículum.No relegarlo a las exposiciones orales del trabajo en cuestión.Claro que,ahora uno se hace la gran la pregunta¿Y eso cómo se consigue?Yo me he planteado,que desde luego sin intentarlo,seguro que no.