Don Eleuterio fracasa en el estreno de su primera obra teatral. Decepcionado, acude con su mujer, doña Agustina y la hermana de esta, doña Mariquita, al café donde se encuentran.
DOÑA MARIQUITA.- ¿Se siente usted mejor, hermana?
DON ELEUTERIO.- ¿Te vas aliviando?
DOÑA AGUSTINA.- Alguna cosa.
DON SERAPIO.- ¡Ya se ve! El lance no era para menos.
DON ANTONIO.- Pero ¿se podrá saber qué especie de insulto ha sido éste?
DON ELEUTERIO.- ¿Qué ha de ser, señor, qué ha de ser? Que hay gente envidiosa y mal intencionada que… ¡Vaya! No me hable usted de eso; porque… ¡Picarones! ¿Cuándo han visto ellos comedia mejor?
DON PEDRO.- No acabo de comprender.
DOÑA MARIQUITA.- Señor, la cosa es bien sencilla. El señor es hermano mío, marido de esta señora y autor de esa maldita comedia que han echado hoy. Hemos ido a verla; cuando llegamos estaban ya en el segundo acto. Allí había una tempestad, y luego un consejo de guerra, y luego un baile, y después un entierro… En fin, ello es que al cabo de esta tremolina salía la dama con un chiquillo de la mano, y ella y el chico rabiaban de hambre; el muchacho decía: «Madre, déme usted pan», y la madre invocaba a Demogorgón y al Cancerbero. Al llegar nosotros se empezaba este lance de madre e hijo… El patio estaba tremendo. ¡Qué oleadas! ¡Qué toser! ¡Qué estornudos! ¡Qué bostezar! ¡Qué ruido confuso por todas partes!… Pues, señor, como digo, salió la dama, y apenas hubo dicho que no había comido en seis días, y apenas el chico empezó a pedirla pan, y ella a decirle que no le tenía, cuando, para servir a ustedes, la gente que a la cuenta estaba ya hostigada de la tempestad, del consejo de guerra, del baile y del entierro comenzó de nuevo a alborotarse. El ruido se aumenta; suenan bramidos por un lado y otro, y empieza tal descarga de palmadas huecas, y tal golpeo en los bancos y barandillas, que no parecía sino que toda la casa se venía al suelo. Corrieron el telón; abrieron las puertas; salió renegando toda la gente; a mi hermana se le oprimió el corazón, de manera que… En fin, ya está mejor, que es lo principal. Aquello no ha sido ni oído ni visto; en un instante, entrar en el palco y suceder lo que acabo de contar, todo ha sido a un tiempo. ¡Válgame Dios! ¡En lo que han ido a parar tantos proyectos! Bien decía yo que era imposible que… (Siéntase junto a DOÑA AGUSTINA.)
Leandro Fernández de Moratín
La comedia nueva o El café
ACTIVIDADES
1-La comedia escrita por don Eleuterio es un ejemplo del teatro que pretende criticar Moratín.
Contesta.
- ¿Cuántos hechos diferentes se citan como parte del argumento de esa comedia?¿Guardan relación entre sí?
- ¿Qué unidades clásicas rompe esa sucesión de aacontecimientos en una misma pieza?
- ¿Hay alguna alusión en las palabras de doña Mariquita al estilo de la obra?
- ¿Qué preceptos del teatro neoclásico se pueden explicar a partir de esta sátira?
2-En este fragmento, el autor no se limita a criticar el texto de la comedia, sino que describe el estreno de la obra.¿Por qué crees que le interesa al autor incidir en la reacción del público?
3-Comenta cuál es tu opinión de la función que tiene el teatro en la actualidad y si piensas que debería someterse a reglas.